es un gen que produce una proteína con un papel en resistencia a infecciones bacterianas en muchos mamíferos como perros, ratas, etc. Los homínidos también tenemos ese gen funcional, aunque no está clara que su función sea como la que tiene en todos los mamíferos. Pero el resto de los primates no lo tiene.
¿Cómo?
Un primate es un mono en sentido amplio. Un orden de los mamíferos. Todos los monos. Nosotros incluidos, nosotros somos primates. Pero también nosotros somos homínidos. Homínidos es una familia dentro de primates, que incluye a humanos, chimpancés, orangutanes y gorilas. Recuerda, orden es una categoría taxonómica mayor que familia.
¿Ves ahora lo raro del primer párrafo? No me refiero a lo poco claro que es, a lo mal que lo he escrito. Ya sé que es muy mejorable en ese sentido. Me refiero al enorme problema genético que plantea. Un gen que estaba en antepasados lejanos, los de todos los mamíferos, deja de estar en antepasados menos lejanos, los de todos los primates, y reaparece en antepasados menos lejanos todavía, los de todos los homínidos.
Un gen que aparece y desaparece. Un gen que muere y resucita.
Es raro. Muy raro. Y es lo que ha investigado, y parece que averiguado, el equipo de Ewan Eichler.
Resulta que en los primates en general está averiado el gen. Mejor dicho, la parte inicial del gen, llamada promotor, sin la cual el gen no funciona. El resto está intacto. Es como si un automóvil tuviera averiado el motor de arranque pero el motor normal estuviera bien. Y no sólo eso. Sino que, debido a una serie de mutaciones, en medio del gen aparecieron dos señales de parada (o codones stop). Todo eso inutilizó el gen en primates. Y los procesos como transcripción y traducción no funcionaron.
En todos los primates, salvo en los homínidos. En los que tres mutaciones, tres, parecen haber recuperado el gen. Para empezar, en nuestro ADN hay genes llamados trasposones. Para que te hagas una idea de qué saben hacer, su antiguo nombre era “genes saltarines”. Efectivamente, son genes capaces de soltarse del ADN donde están incluidos y aterrizar en algún otro lugar de ese mismo ADN. Y el trasposón lleva su propio promotor. Un trasposón aterrizó sobre el promotor averiado y lo sustituyó. el gen IRGM ya tenía motor de arranque.
Pero se calaba. Y es que todavía tenía las señales de parada, los codones stop. Pues dos mutaciones los quitaron de allí. Y el gen ha vuelto a funcionar.
First, the DNA remains of an ancient virus, called an endogenous retrovirus, jumped from somewhere else in the genome into the region directly upstream of the dormant IRGM gene, creating a brand-new promoter. Then, two more mutations removed the remaining stop signs. Together, these three unrelated events restored the gene’s function.
Lo que no sabemos es si el gen recuperado en nuestro linaje cumple la misma función que la versión normal del gen en el resto de los mamíferos.
¿Menuda suerte? ¿Es que es posible que unas mutaciones estén más favorecidas que otras? ¿Que exista una maquinaria específica que cree y destruya señales de parada y promotores, orientada hacia la evolución, hacia producir cambios drásticos en los genes? Orientada hacia lugares especiales, muy típicos, de los genes? La maquinaria molecular de la evolución es algo todavía por descubrir a fondo. Ya sabemos cosas, pero aún ignoramos si la célula puede acelerar su evolución de algún modo. Sabemos que las hay, pero no cómo lo hacen. Sabemos que estimulan hipotéticas maquinarias de este tipo en función de condiciones ambientales.
Y no, no es lammarckiano. Lammarckiano sería si la mutación producida estuviera dirigida hacia un gen concreto. Aquí, lo que comento, es maquinaria molecular dirigida hacia aumentar la cantidad de mutaciones, para que la selección elija. Por tanto, es evolución darwiniana.
http://www.querusas.findhere.org/noticias/notas-del-sitio/66-informatica-educativa/50198-irgm-el-gen-que-murio-y-resucito?tmpl=component&print=1&page=
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